Descárgate: opción a la sencillez de vida

Nuestra vida como hermanos es una opción a la sencillez. Soltar lo que nos amarra nos da libertad, como al globo al que le sueltas lastre.

Aunque en nuestro caso no vagamos sin rumbo, sino que dejamos que Dios infle y sea el motor de nuestra vida.
¿Cómo? Dejándonos acompañar por los demás y dando a la oración un lugar preferencial en nuestra vida.

Como hermanos entre nosotros, para el mundo y de María

Ser hermano es exagerar la fraternidad. Expandir el concepto de familia más allá de los límites de la sangre.

Hermanos ENTRE NOSOTROS, cuidando y acompañándonos en el camino.
Hermanos PARA EL MUNDO que hoy está carente de la ternura del abrazo fraterno, un mundo que necesita mirarnos a los ojos de igual a igual, reconociéndonos hijos de un mismo Padre.
Y Hermanos DE MARÍA, porque junto a ella somos discípulos, en ella nos inspiramos y con ella nos acompañamos.

La oración: que nos mueve

En el silencio recargamos el corazón y lo llenamos de lo importante. Orar en soledad y, sobre todo, orar acompañados. Como Hermanos, juntos, cuidamos nuestra oración diaria. Momentos clave para nutrir y crecer en nuestras vidas compartidas.

Una mirada a los orígenes: LA SENCILLEZ

Para Marcelino Champagnat, nuestro fundador, la sencillez de vida fue clave. Marcelino se alejó de los convencionalismos de aquella época, donde un sacerdote vivía generalmente por encima de las posibilidades de su entorno. Así se enfrentó a sus compañeros, que no entendían sus opciones de vida compartida, de igual a igual, con sus hermanos.

Para él, fundar los Hermanitos de María era una apuesta a caminar como Iglesia junto a las realidades del mundo.

Hoy, los Hermanos Maristas seguimos apostando por ello.

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