Siempre preparados
Al no llevar una gran mochila, disponemos de nuestra vida para ir donde nos necesiten.
Vivir desde la entrega TE LIBERA y saber que no vamos solos, que allá donde vayamos tenemos nuestra casa y nuestros hermanos, convierte nuestra vida en una aventura.
Disponibilidad y amor al trabajo
Es un gran regalo y una riqueza saber que dispones de todo el tiempo para darlo.
Los dones que cada uno posee se ponen al servicio de la misión haciendo que nuestra vida cobre sentido y plenitud. Tanto es así que el amor a lo que realizamos cada día brota de manera natural, como un manantial que acaba generando vida y donando alegría a los que entran en contacto con nosotros.
No vamos solos
Compartir nuestro camino con otros Hermanos nos ayuda a seguir creciendo cada día.
Como cristianos, nos sentimos llamados a compartir nuestra fe; como Hermanos Maristas el Espíritu de Familia nos desborda.
Una mirada a los orígenes: LA HUMILDAD
La humildad nos permite mirar al futuro con aceptación y fe. Limpios de expectativas.
Marcelino era consciente de ello y cultivaba la humildad cada día, sabiendo que Dios no se muestra al orgulloso, sino al que, con honestidad y humildad, se pone ante Él y confía en sus planes.
Así hoy los hermanos tratamos de vivir disponibles a las sorpresas que esta vida de entrega nos trae.